Una pregunta que en algún momento nos tenemos que hacer…
¿Le salvarías la vida a alguien?
Está pregunta la he contestado tres veces, pero mi compromiso no se sintió real hasta que fue la tercera ocasión.
La primera ocasión fue cuando saqué mi licencia de conducir. Una de las preguntas importantes del proceso es si deseas ser donador de órganos (si te llegara a pasar algo). Mi respuesta fue sí. Sin embargo, no lo pensé mucho. Eso pasa cuando mueres y claro que le quiero dar oportunidad a otras personas en ese entonces. La segunda ocasión fue cuando me certifiqué para dar CPR, como parte de los requisitos para ser Instructor de Aptitud Física. Aún cuando tienes los conocimientos para manejar situaciones de salud con inmediatez, no creo haber pensado si yo podría salvarle la vida a alguien dándole algo de mí.
En el año 2021 me inscribí para tomar un curso básico de lenguaje de señas. Entre mis compañeras, había una madre. Nos contó que decidió aprender ASL Americano (lenguaje de señas) porque su hija había sido diagnosticada con una condición de salud que retrasaría su desarrollo del habla. Que un niño se retrase en el habla, no significa que no tiene la habilidad de aprender a comunicarse con lenguaje de señas. El hospital ofrecía los servicios para enseñarle a los niños a comunicar sus necesidades en lenguaje de señas. Esta madre aprendía lenguaje de señas para poder enseñarle a su hija. Que una niña luche por su vida.. me destroza el alma. Le daría la mía, si pudiera…
Un día ordinario, la madre nos envió un mensaje explicando que su hija necesitaba un transplante de médula ósea para poder sobrevivir. EL corazón se me hizo trizas. No me imagino estar en sus zapatos. Lo menos que podía hacer, era registrarme como donante de médula ósea. Entré a Be The Match y me registré, sin pensarlo dos veces. El proceso es user friendly y gratis. Insertas tu información para crear un perfil y ellos te envían un Swabbing Kit libre de costo.
Es un proceso fácil y rápido. Luego devuelves la muestra por correo, en un sobre pre-pagado que ellos proveen. En unas cuántas semanitas, tu ADN está registrado en su base de datos. Eres la esperanza de miles de personas que esperan por un donante compatible. Entre ellos, muchísimos niños y bebés. Oré mucho por ser compatible, si no con esa niña, con alguien más. Pero hasta ahora, no lo soy. No pierdo la esperanza de algún día recibir esa llamada especial. Mientras, deseo que quienes me lean sientan la compasión de registrarse. Tal vez eres tú la esperanza de alguien. Tal vez mi parte era compartir el mensaje para que tú pudieras salvar una vida.
Así que cuéntame, ¿le salvarías la vida a alguien?